Fútbol femenino en Posadas: apuntes de los desafíos que aún quedan

Hablar del fútbol femenino se volvió un poco más frecuente en los últimos tiempos. Pero solo un poco. Desde que en 2018 el seleccionado argentino protestó contra la organización de la Asociación del Fútbol Argentino en plena Copa América de Chile, la agenda de la dirigencia y los medios deportivos fue matizándose con mayor o menor espacio para la disciplina, en concordancia con los tiempos políticos y sociales.

Se podría decir que en Posadas ocurrió algo similar. Si bien en el último lustro se avanzó con cierta institucionalización del femenino (en la jerga “futbolera” la tendencia es ir convirtiendo el adjetivo en sustantivo), el 2025 no es precisamente el año con mayor participación. Inclusive, en el ámbito del futsal femenino se desató una polémica en abril por la cancelación del viaje de Guaraní a Tierra del Fuego para disputar un torneo nacional.

Tomémonos unos minutos, pues, para reflexionar sobre la actualidad del fútbol practicado por mujeres.

LUCHE Y JUEGUE

Al ruido que hicieron las seleccionadas en 2018 se sumó un disparador más a principios de 2019. Repentinamente, la UAI Urquiza desvinculó a Macarena Sánchez del equipo. La futbolista salió a exponer la situación públicamente y rápidamente otras jugadoras se sumaron al reclamo por la precariedad laboral en la que se encontraban, aún representando a clubes que en el ámbito masculino son de élite mundial como Boca o River, por ejemplo.

A partir de allí la AFA adoptó una actitud más proactiva, al menos desde la postura. Entonces, llegaron promesas de mejoras en las condiciones contractuales, en la organización y en la difusión, con un “veranito” de visibilización durante el cual los partidos del campeonato de Primera División se vieron en los medios públicos (spoiler alert: duró poco).

Mientras tanto, en la capital misionera la dirigencia local también se vio interpelada por la época y empezó a promover la incorporación de las mujeres en los clubes. Para ese entonces, cientos de chicas de diferentes edades copaban las canchas de fútbol 5 y futsal. De hecho, la Asociación Posadeña de Futsal ya había instaurado el torneo femenino unos años antes (de ahí surgió una ligazón permanente entre el “salonismo” y el fútbol de campo).

En consecuencia, en 2018 la Liga Posadeña de Fútbol (LPF) realizó la primera prueba piloto. A finales de noviembre y hasta los últimos días de diciembre se desarrolló un torneo preparatorio del cual participaron diez equipos y en el que dio la vuelta olímpica Luz y Fuerza. Una experiencia que tuvo saldo positivo y marcó un buen antecedente para lo que vendría.

Luz y Fuerza campeón. Foto: archivo Primera Edición

Poco después, el 20 de junio de 2019, se desarrolló la jornada inaugural del primer campeonato oficial de la liga. Participaron catorce conjuntos divididos en dos zonas, con una fase previa y partidos eliminatorios después. La Picada resultó campeona, tras derrotar 2-1 a El Brete en la final.

La pandemia trajo la pausa en 2020. Una espera que para el fútbol femenino significó volver recién en septiembre de 2021 con un certamen que terminó ganando Guaraní. En los años siguientes continuó la competencia y lentamente el club de Villa Sarita fue convirtiéndose en el equipo hegemónico (obtuvo dos títulos más, mientras que El Brete lo hizo en 2022).

A esto hay que sumarle buenas participaciones en la Copa Federal, una suerte de Copa Argentina de mujeres organizada por la AFA. Nuevamente las “Franjeadas” tuvieron actuaciones destacadas, ganaron la región NEA en 2022 y 2024 y quedaron eliminadas en  los octavos de final contra River y Gimnasia respectivamente (en 2021 Atlético Oberá también llegó a esa instancia y perdió con Independiente).

En mayo de este año, y en silencio, comenzó el nuevo torneo. La noticia prácticamente no circuló y algunos planteles se enteraron con menos de una semana de anticipación: “nos dijeron hace cuatro días que empezábamos” expresó una jugadora consultada; “la semana pasada nos avisaron que jugábamos el domingo” agregó otra. Síntoma de un momento en que, diera la sensación, pasó la “oleada”  de finales de la década pasada…

SIN LUGAR EN LA AGENDA

Durante estos años, mientras se disputaban los campeonatos, continuaron muchos inconvenientes. Si bien se logró la institucionalización, el compromiso de los clubes para con el fútbol femenino fue diferente

En líneas generales, asumir la creación de un equipo de mujeres supone que el club le brinde al plantel un cuerpo técnico mínimo, horarios específicos para entrenar en la cancha, indumentaria, etc. Pero en algunos casos eso no sucedió. Hubo incluso clubes que terminaron dándose de baja en plena competencia por falta de jugadoras o por desorganización propia. 

Todo esto, sin mencionar que prácticamente no existen viáticos. Y tampoco se pudieron diseñar proyectos de divisiones inferiores para formar futuras futbolistas, más allá de algunas excepciones como Mitre, Guaraní o Atlético Posadas.

Guaraní-Guacurarí (archivo 2022)

La situación se podría empezar a explicar con una frase hecha: es todo muy complejo. La realidad económica del fútbol posadeño (misionero, podríamos decir) está tan golpeada como la del país: pocos recursos, escasez de masa societaria, bajo número de auspiciantes, apoyo estatal deficiente, etc. Dialogando con un importante dirigente hace un tiempo, nos señaló que “la generación de más competencias, supone más costos”, al mismo tiempo que agregó la pregunta que se hacen todos los clubes: “¿cómo solventar el fútbol femenino?

Por esta razón, la incorporación de un equipo más fue visto como un gasto extra por muchas instituciones. Un gasto difícil de afrontar. Y entonces “el femenino” pasó a un segundo plano. 

Esto se evidencia ya desde la desigual cobertura informativa que le dan en sus propias redes sociales. En 2024 un grupo de estudiantes de la Tecnicatura Superior en Periodismo Deportivo del Instituto Hernando Arias de Saavedra realizó una investigación acerca de la agenda de los clubes y encontró resultados elocuentes. 

El seguimiento se hizo durante un mes, registrando cada una de las cuentas de Instagram y Facebook de los equipos que competían en el torneo de la LPF. De un total de 132 publicaciones, solo 18 hablaron del fútbol femenino, es decir, el 14% nada más. Candelaria (38% de su contenido), Guaraní (36%) y Atlético Posadas (30%) fueron los que más porcentaje mostraron. Y hasta las propias redes de la liga reprodujeron esa subrepresentación: 7 noticias de 67, es decir, únicamente el 12%1.

Más allá de eso, encontraron un aspecto positivo: la creación de cuentas propias institucionales para los equipos. Allí sí hubo información, en mayor o menor medida, pese a que muchas veces eran las propias jugadoras o sus familiares quienes debían generar el contenido.

Atlético Posadas (archivo 2022)

No obstante, el lugar en la agenda es mínimo, poco valorizado, inequitativo. Pero los clubes no son los únicos responsables de ello. Tampoco los medios de comunicación vernáculos prosiguieron brindando cobertura luego de los momentos de mayor auge. 

En otro trabajo exploratorio realizado por parte del mismo equipo docente, se vieron resultados similares. Con una salvedad: se evaluaron todas las noticias deportivas relacionadas con actividades practicadas por mujeres, no solo el fútbol. Fue durante una semana entera, comparando los sitios web de los diarios El Territorio, Primera Edición y Olé (que no viene al caso, porque el saldo fue 0…) En total, solo el 7% de las noticias hablaron de deportes en su versión femenina, mientras que el 3% de aquellas competencias en las que participan varones y mujeres (por ejemplo, boxeo)2.

UN PARTIDO QUE RECIÉN EMPIEZA

El aspecto comunicacional es tan solo una de las cuentas pendientes. A lo largo de los últimos años hubo otros inconvenientes como partidos programados en horarios poco frecuentes (por ejemplo, un domingo a las diez de la mañana) o dificultades para conseguir canchas. 

Precisamente la poca planificación desanima. Habitualmente, primero se organizan y empiezan los campeonatos masculinos, tanto de la primera como del ascenso. Y recién después, cerca de mitad de año, llega el momento para ellas. De modo que los planteles suelen pasar varios meses entrenando para un futuro incierto, lo que genera cierta decepción y deserción (mayormente, al futsal).

Vale decir, el fútbol femenino se convirtió en un derecho más, un derecho deportivo ganado a costa de reclamos, de visibilización y del crecimiento de un colectivo: las jugadoras. Pero a veces, las conquistas chocan contra estructuras que no están del todo preparadas. Por una cultura machista, por falta de infraestructura, por desconocimiento. Son varios los factores.

Esto no quiere decir que el fútbol posadeño (por mencionar un “todo” simbólico) vea con malos ojos al fútbol femenino. Al contrario, las familias permanentemente acompañan y en cada club hay dos o tres personas que ponen su empeño para ayudar.

Pero evidentemente todavía no es suficiente. Quizás sea el momento de darle espacio de gestión a las jugadoras más grandes, aquellas que empezaron en el futsal y luego encabezaron el fútbol de campo. O de generar mayores instancias de formación. Y también que los medios de comunicación asuman otro compromiso, más equitativo.

Del fútbol femenino se habla porque es un fenómeno social y, como tal, está atravesado por múltiples dimensiones. Su crecimiento dependerá del trabajo de muchas personas y el cumplimiento de los compromisos asumidos por las instituciones. Porque, ya se dijo, al fin y al cabo es un derecho.

  1. Esta investigación fue presentada en el eje «Políticas públicas, deporte y actividad físicas en clave de derechos» en las Jornadas de Investigación 2024 de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales (Universidad Nacional de Misiones). La exposición se hizo el 25/10/24. ↩︎
  2. El trabajo fue realizado para el eje «Género y Deporte» de la jornada «Deporte, Diversidad y Liderazgo» que organizó la Secretaría de Deportes y Desarrollo Humano de la Municipalidad de Posadas el 29/11/24. ↩︎

Publicado por Marcos Magaz

Licenciado en Comunicación Social(Universidad Nacional de Misiones) especializado en deportes. DT nacional de fútbol (Asociación Técnicos del Fútbol Argentino). Especialista en Periodismo y Comunicación Digital (Éter) Autor del libro "Como en la cancha. La radiofonía y el fútbol en Posadas", compilador del libro "Profesión y pasión. Memorias de un periodista deportivo misionero" de Carlos García Coni, ambos producidos por la Editorial Universitaria de la Universidad Nacional de Misiones. Docente de las carreras de Periodismo y Periodismo Deportivo. Relator, comentarista y productor de transmisiones deportivas. Analista táctico.

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